Desde el sector político se ha propuesto que las autoridades propicien una reducción en el consumo de agua embotellada mediante la instalación de sistema de purificación de agua en centros de trabajo, instituciones públicas y establecimientos de comida. Y desde el gobierno ya se piensa en qué hacer en el futuro.
Conagua advirtió en su informe “Estadísticas del agua en México” del año pasado que para enfrentar la menor disponibilidad de agua en los próximos años “será necesario realizar acciones para reducir su demanda, a través del incremento en la eficiencia del uso del agua para riego y en los sistemas de distribución de agua en las ciudades”.
Además, indicó el organismo, “deberán incrementarse significativamente los volúmenes de agua residual tratada y su reuso”.
“Cada vez que tú compras una botella de agua estás haciendo que el agua se convierta en una mercancía y en algún momento no va a haber suficiente agua para todos porque todos quieren venderla y venderla al mejor postor”, señala el ingeniero químico Pacheco-Vega.
El investigador considera que hay tres formas de hacerle frente al creciente consumo de agua embotellada.
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